miércoles, 31 de octubre de 2007

Consideraciones de una chica no acogida al perdón

Esféricas y cristalinas: convexidades que imitan mil conceptos mancomunados e idealizados de perfección. Primero dos o tres grandes, quizás luego unas cuantas más, que se disgregan dibujando esferitas de cada vez menor tamaño. En mi muslo provocan la cosquilla de la vergüenza, y en sus caras dibujan las muecas de satisfacción, que encontraría perplejos a los que están al tanto de los históricos y actuales conocimientos en filología; sentimientos inexplicables como su naturaleza; etc.
Estaba sentada en el agua y me rodeaban, todos me miraron, nadie dijo nada, nadie pudo renunciar al placer que produce el abrigo del absurdo colectivo de larga data, y otra vez la miseria de pertenecer...
Ninguno de ellos fue capaz de reclamar amnistía para una adolescente con prueba del fuentón positiva.

viernes, 26 de octubre de 2007

Graffiti

"AUGUSTO ESTUVO AQUI
A ESTA HORA
Y SE LAMENTO
POR NO HABER PODIDO DECIDIRLA
CON UN CHASQUIDO DE SUS DEDOS"

lunes, 22 de octubre de 2007

Preludio de la tercera campaña para la destrucción del triskel

Algunas notas.



Al fundirse sus tres nortes -hecho evidente al mirar sobre nosotros-, podemos observar ocasionalente al coro de niños en edad preescolar formando un círculo y girando, enseñando muecas burlonas con sus dientes, cantando versos incorporados pero no aprendidos, ya que en esta etapa ontológica, somos aún ajenos a su influencia perturbadora.


"Mi bota aquí, mi bota allá,
mi zapatito.
Mi bota aquí, mi bota allá,
mi zapatito.
Un abrazo, y un besito.
Un abrazo, y un besito"



Este espectáculo suele conmover a los poetas, que dedican coplas y sonetos en un gesto salutativo a estos seres que invitan a librarse del sometedor (por ahora) ineludible. Aqui un fragmento:


"(...) Finalmente quedarás reducido a tu propia verdad,
los hijos de tu vergüenza lo profetizan.
Tus tres nortes ya no podrán girar
hacia los devenires de tu corrupta pitonisa."



"Malka y yo mirando el cielo tucumano"

jueves, 11 de octubre de 2007

Volviendo un momento al concepto del Blog

La imagen pudo parecer horripilante.

Pareció poder horripilarme como tercero en cuestión, pero no en primera persona.

Octubre de 2007; detalle. Menos calor que el habitual; a los pies de la escalera, luz moderada y desesperadamente amarilla; una, dos, tres... cinco compañeras se empujan y murmuran, sonríen y especulan sobre lo que podría decirles pero trunco en una mueca placentera y miradas a los zócalos del pasillo.
Una presión desesperante entre mis oidos y mis dientes me invita a mirar cualquier reloj, aunque más no sea de reojo, fugazmente, como para adivinar a qué disposición de agujas sobre el plano se pudiese asemejar algún esbozado círculo sobre un fondo humano o mural. Pero no. Me resisto y retozo por dentro, ignorando el serpenteo de mi pie izquierdo y los cordones enmarañados. En este momento todo es tarde de primavera, todo es frío de mármol y presencias desplazandose a metros de mi nuca, incomodidad tranquilizadora y risitas.
Miro al frente y está ahi, a centímetros nuestras narices, habla y habla en algo que dificilmente pueda ser otra cosa que un sentencioso e insular inglés. No la miro y prefiero concentrarme en descifrar el título del libro que descansa entre su maltratada mano izquierda y su viejo pecho, pecho senil, femenino -no hay dudas-, que impresiona enemistado con mi tiempo. Continua hablando y atravieso sus ojos con mi mirada, es decir no la veo: me veo a mi. Me veo en el espacio infinito con los brazos extendidos y girando y girando; giro en un sentido, giro en el otro, ¡yupi! Ella continúa hablando y mueve su mano arrugada -puedo notar- y asiento sonriente. Es algo como "Nobody dead, they meant. Nobody dead. That´s nobody fell down under fire. Ellos querían decir Zero Killed, 0 killed, o.k." "Mire Usted", proferí. Seguía girando en el espacio en el tercer sentido y me bañaba una lluvia de libros: DSM4, OMS, Disidentes, me golpeaban y yo giraba. Continuó enlistando nombres propios y anécdotas, pero yo seguía con mi DSM4 que se hojeaba por una brisa desde su interior. "Blablablá, Orson Algo, also or although", difícil la cosa.

Unos segundos después la lluvia de libros dejó ver alguna revista Billiken; luego lluvia de batracios y un estilete gigante que me atravesó como un rayo desde la cabeza hasta mis genitales quedando como un sapo hecho brochette; boceto de Da Vinci: pavada. Ahora estoy rígido y ya no bailo la música de las gaitas y los cascabeles púrpura; recuerdos sobre Batricio siendo una excelente opción para el eventual bautismo de otro sapo; etc.

"Sandwich...", continuó, y ahora sí la miro y la veo al mismo tiempo, está muy encorvada, la pobre, sus cabellos hechos un verdadero desastre, tiene que ser una profesora de algo así como historia europea, mínimo ¿o manual de enfermedades mentales?, un poco de todo, quisiera querer responder y no veo por qué frenarme. "Oh, sí, lo de Sandwich sí lo se" "¡la sabés! si... ¿viste? el...ah...porque billar, domin... dos panes blabladentro", siguió. El espacio infinito se hizo gotas y me mojaron como un baldazo de agua. ¡¡¡Una, dos, tres... cinco filas!!! una, dos, tres, quinta silla. Estaba ahi, o estuvo, murmurandole a otro estudiante de mi edad cosas incomprensibles, a mitad del debate, hace unos días. Pero hoy es otro el lugar, no está Bergman, y que esté tan cerca de mi nariz me incomoda por dentro, pero no quiero demostrarlo. Pensé que esta mujer era el estereotipo de la loca joligudense, y cuando estaba masticando construcciones gramaticales para decirle que la recuerdo, y preguntarle si ella me vió en algún otro lado, todo quedó en trago y palabras bañadas en saliva bajando por mi garganta.

Un bocinazo me alertó de mi nueva ubicación. Veinte cuadras del pie de la escalera y la luz desesperadamente amarilla, probablemente dos horas luego, mismo año, mismo mes, mismo día.
Y de repente... ahora, ahora no es Bergman, es Kubrick, es "2001..." en 2005, es el homínido descubriendo que lo que asía con su mano no era un hueso, era un arma golpeando a un ser aborrecido, él tomaba conciencia y festejaba, Richard Strauss de fondo y yo a metros de la pantalla gigante esperando que aparezca Charly.
Y antes de que termine el bocinazo sigo caminando y pienso que, al igual que el homínido protagonista del largometraje, tomé conciencia de que tengo en mis manos un arma contra un ser aborrecido. Se trata de escapar momentáneamente de su influencia, y ya no es teoría, me acerco al método; estoy frente a un posible elemento que sirva para forjar un arma, quizás de restringida virulencia, pero fácilmente multiplicable y de bajo costo, que podría colaborar enormemente en la batalla contra el ejército de triskels escalenos. Quizás la vieja, por su tan sospechoso temple y misteriosa forma de aparición, sea alguna deidad (es el tipo de formas que generalmente adoptan en sus contactos con mortales, es sabido) que en un guiño oportuno anuncia el patrocinio de mi campaña militar. Quizás es Rea, prometiendo aliados entre su descendencia, para la lucha contra su malévolo esposo.