miércoles, 11 de febrero de 2009

Obituario

Sentidas Coplas

Desde el cielo los clarines
anuncian ya el suceso
y se avisora el final de Yiya
su extinción, su deceso.
Y no es por apologar al hijo
que vagó en su desconcierto
¡pero prefiero mil veces un parto
que el espectáculo de un muerto!
Todo ocurrió una mañana
en que el cielo tucumano
lució un traje gris y cobre,
con perfume a desencanto.

La angustia de su joven cepa
no puso pañuelos al llanto,
ni con agudos reclamos
pudo evitar el espanto
de sentir que se acababan
las noches de sueños llanos,
se esfumaba la compañía,
los consejos y regaños
de una madre abnegada,
complaciente y dedicada,
y el calor en los inviernos,
juntas, por la mañana.


OOOOOOOOOOOOOOOOO

Breve avalancha de tierra cayó
sobre un cofre improvisado,
tapando la historia pesada
de un despido apresurado,
porque vida y obra de un perro
no es capítulo ligero, sí ameno,
no llevan consigo menos lastre
que el lomo de un burro zafrero

No envidio ni echo en falta
la desgracia que relato,
les deseo a todos Ustedes
vida y salud para rato,
porque adioses como estos
-y no sólo por nefastos-
no le sirven a nadie,
sólo encienden fuegos fatuos.

Cajas van y cajas vienen
conteniendo los resabios
de cuerpos que ya no sienten
y sólo abonan el pasto.
Me siento y pienso por qué,
en cómo es posible evitarlo
y no me auxilian más que dudas,
justificaciones y arrebatos.




PD/ Es verdad, no llegué a conocerla bien.

1 comentario:

Renata Beck dijo...

Al menos ya tengo un blog donde dedicarle algo a Malka cuando estire la pata.