jueves, 28 de febrero de 2008

Oda al campo de trigo

Mar de oro...
En tu extensión se ahoga el hambre de los pueblos,
nadan grandes esperanzas.
¡Oh espejo viviente del sol!
en tu sostén ocupa su cuerpo el hombre,
sosiega tu fruto su alma.

Y sin embargo no perteneces a él,
a quien te trabaja.
Eres la moneda en el bolsillo de alguien
a quien no sacias;
para él eres otro tipo de oro,
un oro que embriaga,
un oro que corrompe espíritus
y se concentra en arcas,
que no alimenta pueblos
y adelgaza sus caras,
oro que es llevado lejos
de quienes le echan en falta,
y sólo adorna fastuosos templos
donde cuelgan bellas arañas,
donde sus moradores son corroidos
por el oro que los empapa.


¡Debes volver al pueblo, oro frío
desde tus arcas!
Debes ser campo de trigo,
pan de quien te trabaja.
Debes salvar al hombre
que por milenios te abrazara,
añora brindarle tus frutos,
devolvertele en gracias,
para que pueda amasar sus sueños
y sembrar más esperanzas.


¡Y abríguenos el astro rey,
que el oro en su ruin afán
con su metálico brillo
jamás igualará!

6 comentarios:

La Maga dijo...

Quiero dejar en claro que entro cada tanto y me preocupo por las letras que tu experiencia e inquietud le dicta a tus dedos (??), pero que no tengo nada demasiado importante para decir de ello, asi que... "Leo, luego comento alguna boludez"; reformularía la frase para estos casos...

Grupo AyA dijo...

Ehm... (¿?) Es bueno leerte por aquí!

Grupo AyA dijo...

Corrijo, Es magavilloso leerte.

La Maga dijo...

AHHHHHHHHHHHHHHH, MAGAvilloso!!!!! Jjajaja, ya entendí... Si, decile a los de atrás que ya pueden reirse, estoy a una distancia relativamente aceptable y ya no me daré vuelta para putearlos

La Maga dijo...

No lo había pensado, pero si yo soy La Maga... quien mi Pola????

Grupo AyA dijo...

Y tendrías que ver quién es tu Oliveira. Yo pido el Chino.